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Tradicionalmente
nuestro país ha practicado la minería artesanal, principalmente en minas
abandonadas. Pero en la década de los 80’s esta minería comenzó a
incrementarse. Y más aún, en la última década el oro fue adquiriendo una
cotización cada vez mayor, por ejemplo paso del 2007 al 2014 de 876 dólares a
1300 dólares la onza. Esto pues, trajo como consecuencia un incremento
alarmante de este tipo de minería.
Una minería
informal o ilegal traes consigo grandes impactos ambientales como los
desperdicios de mercurio en los ríos, la aniquilación de bosques, etc. Además
de impactos sociales como la trata de personas, evasión de impuestos, aparición
de mafias, etc. Es por ello que nuestro gobierno ha tratado de controlar esta
situación, así en el 2002 se promulgo la “Ley de Formalización y Promoción de
la Pequeña Minería y la Minería Artesanal”, aunque con ningún resultado
exitoso. Pero en el 2011 gracias al Decreto Legislativo Nº 1105 comenzó
nuevamente una lucha contra la minería ilegal y e informal. El propósito era la
formalización de estos mineros cuyo trámite se vencía en abril de este año. Se
avanzó algo, pero aún falta más camino que recorrer. Particularmente el caso de
Madre de Dios, donde la minería aurífera es importante, aún se sigue sintiendo los
efectos negativos de la minería ilegal, tanto pobladores como la misma
naturaleza.
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